Pulsera de ambar cherry + piedra natural crisocola + lapislazuli.
ÁMBAR: El cristal para el equilibrio y la renovación.
El ámbar, un cristal ancestral de sanación y protección, es un potente limpiador y regenerador. Imbuye vitalidad a los cuerpos energéticos y estimula al cuerpo físico para que se reequilibre y sane. Es también un potente protector contra la contaminación de los campos eléctricos y magnéticos (EMF) y las energías negativas.
Es un antibiotico natural. Promueve la revitalización de los tejidos, alivia los problemas articulares y absorve el dolor. Se identifica con el chakra de la garganta, por lo que favorece el tratamiento del bocio y otros trastornos de esta zona.
Resulta útil para el enraizamiento porque te conecta con la tierra y te aporta estabilidad.
CRISOCOLA: El cristal para la veracidad y la imparcialidad
La crisocola facilita la expresión verbal, con lo que empodera a ambos sexos para que se comuniquen de una forma clara y amorosa. Estimula la conciencia de uno mismo y el equilibrio interior invocando la fuerza interna para decir tu verdad.
Es una piedra suave que transforma las energías negativas y sana las cicatrices del cuerpo emocional. Alivia la culpabilidad y aporta alegría , reduce la critica, especialmente contra uno mismo, y estimula la compasión hacia todos. Te ayuda a amarte a ti mismo, un elemento crucial para poder aceptar el amor de los demás.
Te anima a asumir con serenidad las situaciones cambiantes, sobre todo aquellas que no puedes controlar.
LAPISLÁZUKI: El cristal para la guía espiritual.
Al armonizar todos los niveles del ser, el lapislázuli te ayuda a acceder a tu propósito en la vida y te aporta un profundo autoconocimiento.
Es una piedra de profunda visión interior espiritual, fortalece la intuición, estimula las habilidades psíquicas y la clarividencia y facilita los viajes espirituales para entrar en contacto con guardianes y mentores espirituales.
Es una piedra protectora que bloquea el ataque psíquico. Si se coloca en chakras psíquicos o de vidas anteriores, revierte los mleficios y elimina el des-arreglo provocado por no alzar la voz en el pasado.
